Nuevas dataciones de la Sala de las Pinturas de Ojo Guareña
Fundación Atapuerca y Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana
El último número de la revista Archaeological and Anthropological Science, incluye un artículo sobre la Sala de las Pinturas de Ojo Guareña (Merindad de Sotoscueva, Burgos) en el que se dan a conocer las nuevas dataciones, obtenidas por C14 AMS, tanto de este santuario paleolítico como de la Sala Cartón, que se encuentra en el acceso previo al mismo. Ambas cuentan con diferentes paneles de arte rupestre y fueron descubiertas en 1968 por el Grupo Espeleológico Edelweiss.
El artículo lo firman Ana Isabel Ortega Martínez, de la Fundación Atapuerca y Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, Marcos García Díez, del Departamento de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid y Miguel Ángel Martín Merino, del Grupo Espeleológico Edelweiss.
El estudio ha sido financiado por la Junta de Castilla y León, a través de una colaboración con la Fundación Atapuerca. También ha contado con el apoyo de fondos adicionales de la Diputación Provincial de Burgos, a través de un convenio con el Grupo Espeleológico Edelweiss.
El conjunto del karst de Ojo Guareña engloba a unas 400 cavidades, aunque solo 23 cavernas principales, y varias otras menores, comparten una génesis hidrológica común generada por los ríos Guareña y Trema y el arroyo de Villamartín, configurando el Complejo Kárstico de Ojo Guareña. Catorce de ellas han sido conectadas espeleológicamente y conforman la Red Principal de Ojo Guareña, con más de 110 km de conductos topografiados distribuidos en seis niveles, siendo una de las 25 mayores cavidades del mundo. Desde 1956 hasta la actualidad, el Grupo Espeleológico Edelweiss viene investigando el Complejo Kárstico, declarado Monumento Histórico Artístico (BIC) en 1970 y Monumento Natural en 1996.
Muchas de sus entradas y galerías conservan evidencias de frecuentación y uso desde el Paleolítico Medio hasta la Edad Media. Se conocen seis cavidades con evidencias gráficas rupestres: Cubía, Cueva de Kaite, Cueva de San Bernabé, Cueva La Mina, Sima de Villallana y Cueva Palomera. Esta última destaca por ser la entrada principal a Ojo Guareña y contener siete espacios con arte rupestre: Galería del Chipichondo, Sala Cartón, Sala de las Pinturas, Sala Keimada, Galería de los Grabados, Galería Macarroni y Sala de la Fuente, aunque también existen otros conjuntos con marcas lineales, puntos o geometrías simples que evidencian marcas de paso o grafías más sencillas.
La Sala Cartón se caracteriza por la presencia de grabados, generalmente meandriformes, retículas, zigzags y haces de trazos paralelos. La Sala de las Pinturas destaca por el conjunto de pinturas negras: 6 antropomorfos, 28 zoomorfos, 50 triángulos y algunos signos.
Ahora se dan a conocer ocho nuevas dataciones, seis de la Sala de las Pinturas y dos de la Sala Cartón. La primera de ellas corresponde a uno de los serpentiformes que aparece asociado a un antropomorfo, otra a un punto de iluminación (hoguera) y las cuatro restantes a fragmentos de madera quemada, pertenecientes a antorchas, recogidos de diversos lugares. Las de la Sala Cartón corresponden a un grueso cruciforme negro sobre uno de los paneles de grabados y a otro fragmento de madera quemada recogido del suelo de una galería elevada a la que forzosamente tuvieron que trepar apoyándose en algún tronco o escalera de madera.
El serpentiforme o meandriforme ha deparado una cronología de hace unos 13.000 años, en fechas ya calibradas, que coincide con las cinco publicadas hace años por el equipo dirigido por Soledad Corchón de la Universidad de Salamanca. Ello confirmaría que las principales figuras de la Sala de las Pinturas corresponderían a los últimos momentos del Paleolítico Superior, en los comienzos del Aziliense.
El punto de iluminación ha deparado una datación, ya calibrada, de hace unos 5.400 años, a un momento de transición entre el final del Neolítico y los inicios del Calcolítico.
Los otros cuatro carbones de la Sala de las Pinturas han proporcionado fechas calibradas comprendidas entre hace 3.600 y 3.300 años, en un horizonte que correspondería, en este territorio, con un Bronce pleno o medio-tardío, en el horizonte Cogotas I.
Curiosamente, las dos dataciones de la Sala Cartón, paso obligado para acceder a la Sala de las Pinturas, han sido las más recientes. La de la lateral elevada ha proporcionado una fecha calibrada en torno a 3.100 años, que correspondería con momentos finales de la Edad del Bronce y el cruciforme negro a la Alta Edad Media, entre mediados del siglo IX y el siglo X de nuestra era.
Aparte de la confirmación del sincronismo de las principales figuras representadas en la Sala de las Pinturas de Ojo Guareña en los últimos momentos del Paleolítico Superior, el nuevo estudio confirma la reiteración de visitas a dicho lugar en diversos momentos de la Prehistoria reciente, así como en la Alta Edad Media, siendo sugerente la asociación del cruciforme con un intento de cristianización de un lugar en el que se reconocía la presencia de símbolos paganos.
Esta reiteración de la conducta humana en la exploración y en el uso simbólico de algunas galerías o cavidades, también lo observamos en otros conductos de Ojo Guareña, algunos de cuyos trabajos están en prensa en estos momentos y otros en fase de estudio. El desarrollo de esta investigación nos está demostrando que tenemos que ser extremadamente prudentes en la atribución de un lugar con arte rupestre, o con evidencias de paso, a una única cronología concreta, siendo precisa la reiteración de muestras que permitan determinar el espectro de diferentes épocas en estos espacios con manifestaciones artísticas y carácter simbólico.
https://link.springer.com/article/10.1007/s12520-020-01208-w