Barranquistas.es
Gran descenso.
Cuando hace tiempo que tienes algo entre ceja y ceja, sea lo que sea, se corre el riesgo de que al conseguirlo no parezca para tanto. Es lo que temía que pasara con este descenso, pero no: acabó siendo mejor de lo que esperaba. Y es que no sólo es bueno el barranco, sino la actividad en su conjunto, incluyendo una aproximación aérea y expuesta pero bella al mismo tiempo, y unas vistas finales del lago que permiten apreciar el paisaje y también el desnivel existente. Entre ambas cosas pasaremos de cinco a seis horas trabajando, montando rápeles que unas veces estarán equipados y otras tendremos que improvisar, y que en alguna ocasión nos harán pensar un poco antes de entrar de lleno en el activo.
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